Así titulaba la Adicción al Sexo (AS) o ”Conducta  Sexual Compulsiva”, en la participación en el XLVIII Congreso de Medicina Psicosomática (celebrado en Zaragoza  del 29 de Noviembre  al 2 de Diciembre 2018), por arte del Dr. JM. Farré que lleva tratando 241 casos en el Hospital Universitario (HU) Dexeus. También ha liderado un estudio con el HU de Bellvitge, la UAB y el HU de Terrassa sobre dimensiones de Personalidad en AS y propugnado varios subgrupos de Adictos (aprendizaje, ”emocionales” e impulsivos). Presentó el Protocolo de Evaluación de su equipo que permite conocer diversos elementos enriquecedores para el diagnóstico y tratamiento, destacando la importancia de las estrategias del Afrontamiento al estrés, la Hipersexualidad primaria, la Motivación para el Cambio, la Personalidad, la Autoestima o la gestión emocional, entre otros.

Mostró los diversos circuitos cerebrales que participan en la Adicción, tanto en el inicio como en el mantenimiento y el fenómeno de gasto excesivo de dopamina (la substancia cerebral que provoca y mantiene el impulso sexual), lo cual explicaría, parcialmente, el descontrol y la toma circunstancial de cocaína, en algunos casos, a fin de conseguir más “gasolina” (dopamina). El Cibersexo puede formar parte de la AS o circular independientemente, siendo los adolescentes un grupo de riesgo.

El protocolo terapéutico combina varias estrategias, tanto de conducta como cognitivas, así como la prevención de recaídas en la que se pretende controlar la violación de la abstinencia, incrementando la autoeficacia del adicto. El cambio de estilo de vida, el reconocimiento de las señales de alerta, la gestión emocional, las habilidades cognitivas y  el cuidado de la red social son algunas de las estrategias útiles, complementándose con el Mindfulness o los fármacos, en casos de depresión o de resistencia al tratamiento.