Las personas con TEA durante el confinamiento debido a la crisis sanitaria producida por el Covid19, se han visto obligadas, al igual que el resto de la población, a mantenerse aisladas del entorno social, reducir el contacto con otras personas y alterar la rutina a la que estaban acostumbradas
Las personas con TEA de alto funcionamiento se caracterizan por tener dificultades en la interacción social, inflexibilidad y rutinas marcadas. La situación excepcional que hemos vivido ha comportado un cambio en la dinámica personal y familiar (teletrabajo, clases online, preocupación por la salud de familiares o conocidos, más tiempo de convivencia, reparto de las tareas del hogar, reducción de apoyos externos, dificultades de gestión emocional, incertidumbre…) que ha exigido readaptar roles y funciones, enfrentando a estas personas a su mayor dificultad: la adaptación.
Has podido sentir que al perder tu rutina diaria la gestión del tiempo ha sido complicada. Para las personas con TEA es especialmente importante mantener una rutina, lo que proporciona seguridad y ayuda a planificar las actividades diarias. Esta rutina implica seguir unos horarios que seguramente se hayan visto alterados y te hayas permitido tener más tiempo libre. Has podido notar que has pasado demasiadas horas en aquellas tareas de tu interés: lectura, videojuegos, coleccionismo, etc. que han podido ocuparte gran parte del tiempo y en la que otras personas no han interactuado contigo, lo que a su vez ha aumentado la tendencia al aislamiento.
Además, al pasar tanto tiempo en casa, muchas de las tareas domésticas han pasado a ser compartidas por todos los miembros de la familia, lo que ha puesto de manifiesto la necesidad de dedicar tiempo a tareas que antes podían no estar bajo tu responsabilidad o control: limpieza, cuidado de las plantas, colada, ordenación, cocinar.… Adaptarse a la realización de estas tareas ha podido no ser fácil y abrumador al tratarse de tareas que comportan seguir numerosos procesos.
Otro de los aspectos que han podido resultar complicados son la gestión de la información relativa al virus y su afectación. Además de entender la situación de pandemia, hemos tenido que adaptarnos a un contacto social muy diferente (video llamadas, distancia social…) y a seguir pautas de higiene para evitar el contagio (mascarillas, guantes, distanciamiento, lavado de manos frecuente…). Han podido aparecer miedos en relación al contagio o la muerte de tipo obsesivo que han podido comportar una alteración de tipo emocional, aumentando el estrés y la ansiedad y las manifestaciones de éstos, es por ello que a lo largo de los meses seguramente hayas experimentado numerosos estados emocionales: miedo, tristeza, aburrimiento, agobio e incluso que tu ansiedad haya aumentado, así como ciertos pensamientos obsesivos y recurrentes.
A su vez, las tareas académicas y laborales han cambiado y habrás tenido que adaptarte a las nuevas demandas y a la nueva modalidad. Dado que las personas con TEA no son especialmente flexibles al cambio, ha podido ser una adaptación que ha generado inseguridad y ha requerido de tiempo. En estos casos, necesitarás preguntar a tus responsables o profesores las dudas que tengas al respecto y buscar personas de referencia que te ayuden a adaptarte al nuevo modelo. También es útil seguir los protocolos establecidos.
Quizás has tenido la sensación de que no necesitabas mantener contacto con tus iguales o compañeros de trabajo o clase lo que ha supuesto una mayor tendencia al aislamiento y escasa necesidad de poner en práctica habilidades sociales, pero ha rebajado en un primer momento tu estado de estrés y ansiedad, aunque en algún momento será necesario enfrentarse de nuevo a las demandas sociales. Si quieres mantener el contacto con otras personas puedes hacerlo a través de las nuevas tecnologías o los juegos compartidos online, o bien, poco a poco ir manteniendo contacto directo individual o en pequeños grupos en los que te sientas cómodo/a. Además, aunque llevemos mascarillas, puedes fijarte en la expresión de sus ojos y cuerpo para tratar de encontrar claves visuales que te ayudan en la identificación de los estados emocionales de los demás, aunque ahora resulte algo más complicado.
El confinamiento ha podido incluso hacerte sentir tranquilo/a, no ha sido necesario mantener un contacto social directo, implicarse en actividades que requieran esfuerzo personal o adecuarse a entornos sociales, pero tarde o temprano hay que volver a la vida social y a lo que ahora llaman “nueva normalidad”. Si necesitas ayuda especializada y, si crees que después de las vacaciones, la vuelta a la “nueva normalidad” puede ser complicada, no dudes en contactar a Psicodex.
El Servicio de Psiquiatría, Psicología y Medicina Psicosomática del Hospital Universitario Quirón Dexeus tiene 35 años de existencia. Desde sus inicios siguió el modelo de conjunción que aúna los conocimientos de la biología del Sistema Nervioso –y sus consecuencias terapéuticas, los psicofármacos- y las psicológicas, basadas en las teorías del aprendizaje y con un sólido fundamento científico, siendo su corolario terapéutico la terapia cognitivo-conductual.
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